Aveces sobrevienen a mi mente imagenes de mis encuentros furtivos con las sombras,
por que son eso...
¡sombras!, y es ¡como si me atormentaran!
por que son eso...
¡sombras!, y es ¡como si me atormentaran!
sintiendome desarraigada de mi propio ser y corroida por permitir el abuso de las sombras.
Pero el pasado es una caja llena de cenizas (eso lei) y las cenizas las soplo al viento,
una que otra no deja de colarse por mi ventana y dirigirse hacia mi pupila,
fastidiandola... enlobregueciendo, nublando mi vista del presente.
¡Que las sombras queden en las sombras!..
¡sin nombre!
Que mi YO sea olvidado por las sombras
¡que no quede ni rastro de la mia en sus contrastes!.
¡Que mi silueta no recorra siquiera los caminos de estas!
¡Que los destinos se bifurquen y no puedan volver a mi memoria!
... como muertos anonimos o almas desaparecidas.
Y si no se cumpliera tal ruego...
me veria sometida al tormento de ¡reconocer el fantasma que fui!
y a suplicarle ¡silencio! a las sombras para que no se interpongan en el camino de mis sueños de luz.
Imagen tomada del blog uno de los Nuestros, fotografIa de Eliza Lazo de Valdez.